POR QUÉ ARGENTINA NECESITA UNA LEY DE ETIQUETADO FRONTAL DE ALIMENTOS

  Mientras el proyecto de ley de etiquetado frontal en alimentos y bebidas sin alcohol espera su tratamiento en la Cámara de Diputados, conocé de la mano de la Licenciada en Nutrición Jesica Lavia por qué es tan importante su aprobación en nuestro país.

  Tras la aprobación por amplia mayoría en el Senado, la Cámara de Diputados comenzará a debatir a fines de esta semana en comisión el proyecto de ley que obliga a incluir en alimentos y bebidas sin alcohol un etiquetado frontal -con diseño de octógonos negros- para advertir sobre altos contenidos de azúcares, sodio, calorías, grasas saturadas y grasas totales.

  Se trata de una iniciativa que apuesta por la alimentación saludable a través de la posibilidad de que los consumidores y las consumidoras tengan información nutricional simple y comprensible a la hora de elegir.


  En diálogo con Jesica Lavia, Licenciada en Nutrición (UBA MN 4824 MP 857) quien cuenta con un Posgrado en Obesidad de la Universidad de Favaloro y es coautora del libro ‘Pese lo que pese, deconstruyendo espejismos’, le consultamos por qué es necesario advertir sobre los excesos de los componentes mencionados: “La advertencia sobre el exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y también de edulcorantes y de cafeína es muy importante porque tiene que ver con la prevención de enfermedades no transmisibles, como puede ser la diabetes, la hipertensión, enfermedades cardiovasculares. No contamos con un real acceso a una alimentación saludable si no contamos con un real acceso a la información sobre qué es lo que estamos consumiendo”.

  La especialista indicó que en Argentina el consumo de alimentos ultraprocesados está en un promedio de 184 kilos por habitante por año, un número muy elevado al igual que el de gaseosas, que es de 131 litros por habitante por año. “Es muy importante contar con esta información porque está comprobado que bajando el consumo de ese tipo de productos, que teniendo la información sobre lo que consumimos y pudiendo elegir opciones más saludables vamos a poder disminuir la prevalencia de estas enfermedades y poder tener no solo una mejor alimentación, si no también un mejor estado de salud integral”, aseguró.

  Los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos deben cumplir con los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En el caso de los productos con edulcorantes, deberán contener además una leyenda precautoria que diga ‘Contiene edulcorantes, No recomendable en niños/as’. También se obliga a las empresas a declarar el contenido cuantitativo de azúcares, entendiéndose como hidratos de carbono simples (disacáridos y monosacáridos) en el rotulado nutricional de los alimentos envasados.

  Lavia consideró que este proyecto es “super necesario, es un proyecto que garantiza un derecho tan básico como es la alimentación saludable y, en definitiva, es una ley que respalda ese derecho que tenemos como ciudadanas y ciudadanos y es muy importante que termine de ser aprobado y bajo los lineamientos de lo que es el perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud porque está comprobado que es el que mejor funciona. Está funcionando en Chile, en México, y realmente es el etiquetado que más funciona, que más información tiene. En definitiva creemos que es el más adecuado para nuestro país.”
  Con respecto a los hábitos alimentarios en nuestra población, la especialista consideró que “hay mucho trabajo por hacer, creo que lo más importante es acompañar este proyecto de ley de etiquetado frontal con un proyecto de ley que abarque educación nutricional integral, porque para tener un acceso a una alimentación saludable y a un estado de salud integral, no solamente necesitamos comer saludablemente si no también tener en cuenta un montón de factores que se relacionan con nuestra alimentación y con nuestra nutrición y  que tienen que ver con nuestra imagen corporal, con cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo, con nuestra alimentación, qué pasa con los trastornos alimentarios, qué pasa con la cultura de las dietas para adelgazar, con el pesocentrismo que hay en nuestra sociedad, con la estandarización de los cuerpos.”

  Es interesante destacar que, entre otros aspectos, el proyecto prohíbe que los alimentos y las bebidas analcohólicas que contengan los sellos incorporen logos o frases con el aval de sociedades científicas o asociaciones civiles, o personajes infantiles, animaciones, celebridades, deportistas, entre otros.

  Por otro lado, Lavia advirtió que “tenemos una cultura que consume un elevado índice de ultraprocesados, de gaseosas azucaradas, con edulcorantes, somos una población que consume mucho aporte de harinas refinadas y de carnes rojas y bajo aporte de otro tipo de proteínas, como puede ser de origen vegetal, legumbres. No consumimos tantas frutas, tantas verduras y demás como son los requerimientos adecuados. Entonces hay que hacer como un ‘volantazo’ general en nuestra alimentación, es importante que esto se pueda hacer progresivamente porque es la forma más simple de hacerlo y que el estado, desde políticas públicas, acompañe y garantice este cambio”, con lo cual también “es clave sumar también mejores tipos de alimentos en precios cuidados, en canasta básica de alimentos y educación para entender por qué es importante consumir estos alimentos, cómo prepararlos, dónde consumirlos, cómo consumirlos, cuáles son las formas de hacerlo más sencillo, que el acceso sea mucho más parejo y no sea para unos pocos”.

  Si esta iniciativa se convierte en ley será de cumplimiento obligatorio para fabricantes, fraccionadores y envasadores que distribuyan, comercialicen o importen, que hayan puesto su marca o integren la cadena de comercialización de alimentos y bebidas analcohólicas de consumo humano, en todo el territorio argentino.

Fuente: El Federal

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